Nuestro compañero, el biólogo José Candela y Quesada nos descubrirá el urbanismo de Larramendi en Guardamar de la mano del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.
José Agustín de Larramendi (1769-1848) fue un ingeniero de caminos vasco que también ejerció como arquitecto. En la Vega Baja es una figura conocida porque fue el encargado de planificar la reconstrucción de los pueblos que habían sido afectados por el terremoto de 1829, como es el caso de Guardamar.
Adoptó, con respecto a la planificación, la planta hipodámica, con calles cruzadas en ángulo recto y en el centro la plaza y la iglesia, siguiendo una perfecta simetría. En el caso concreto de Guardamar, además, proyectó dos plazas redondas que rompían la monotonía rectangular. Opinó que sería “el pueblo más bonito del Reino”. El modelo que propuso tuvo en cuenta medidas antisísmicas. En cuanto al plano, se concretaron calles anchas y con arbolado obligatorio. En cuanto a las construcciones de las viviendas, dispuso que todas las casas fueron de planta baja, fachadas sin adornos que pudieran caer por los terremotos, con vigas de madera bien trabadas y que los patios fueron anchos para servir de refugio si se producía un nuevo terremoto. El corredor central, la disposición de las dependencias y las puertas anchas permitían un rápido desalojo. Con el paso del tiempo, muchos de estos rasgos se han perdido, obviamente, que las construcciones se han ido modificando según las costumbres y las necesidades de la gente. Sin embargo, aunque se reconoce este modelo en el trazado inicial, en la influencia sobre las primeras construcciones posteriores y en el tipo de casa tradicional del pueblo.